Es un término japonés que se refiere a la idea de encontrar la belleza en la imperfección, la asimetría y lo natural sin artificios.
Está inspirado en la contemplación de la Naturaleza, sus constantes ciclos, la fugacidad y la impermanencia de las cosas.
Aceptar serenamente que la belleza es efímera… es una visión más realista sin perseguir cambios para crear algo que al final acabe siendo artificial.
Se ha comprobado que aplicar esta filosofía puede tener un gran impacto en nuestro bienestar.
Un concepto que viene del budismo y que pone en valor el minimalismo y el respeto por los elementos de la naturaleza. Según el budismo Zen, nada dura, nada es perfecto…
La importancia de estar enfocado enteramente en lo que estás haciendo en el aquí y ahora sin pensar en el pasado o el futuro y disfrutar totalmente del momento.
Es una forma de entender la belleza y la vida.
Si aplicamos esta filosofía, por ejemplo, al hogar, nos encontramos una decoración muy ligada a la naturaleza.
O como inspiración para joyeros y accesorios… con formas y materias que imitan a la naturaleza y sus texturas…